Ya no estoy aquí, de Fernando Frías de la Parra, será la cinta que represente a la cinematografía mexicana en la edición 93 de los Premios Óscar, en la categoría de Mejor Película Internacional.
La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) dio a conocer la película que fue seleccionada para representar a México en 2021, en los galardones que otorga la Academy of Motion Picture Arts and Sciences de los Estados Unidos.
La AMACC es la única instancia reconocida “para postular películas que representen a México en dichos premios, es por ello que con base en el reglamento y bases convoca a los productores de las películas mexicanas a participar en este proceso de selección”.
La convocatoria estuvo abierta del 5 al 14 de octubre pasado y quedaron inscritas seis películas: El ombligo de Guie’dani (Xquipi’ Guie’dani), de Xavi Sala; Esto no es Berlín, de Hari Sama; Mano de obra, de David Zonana; Nuevo orden, de Michel Franco; Te llevo conmigo, de Heidi Ewing; y Ya no estoy aquí, de Fernando Frías de la Parra.
La película ha sido todo un éxito entre la crítica especializada y los usuarios de la platadorma de streaming. Incluso, previo a su estreno al público, fue reconocida y premiada en prestigiosos festivales de cine como el de Morelia o el de El Cairo.
Pero no solo impactó de esa manera. “Ya no estoy aquí” tocó fibras sensibles, despertando reacciones que retrataron cómo se encuentra la sociedad regiomontana –del lugar donde ocurre la historia– que rayan en temas como la discriminación y el racismo. Y es que, enseguida se estrenó, muchos inconformes reclamaron que la cinta “no representaba a Monterrey”.
Pero, contrario a lo que reclama, se trata de un subcultura que sí tuvo gran impacto en la ciudad de Monterrey.
Precisamente, el director de la cinta, Luis Fernando Frías de la Parra –quien es originario de la Ciudad de México–, contó: “Había conocido la contracultura (Kolombia) por diferentes aspectos. Sobretodo, entramos por el mundo de la cumbia rebajada y que había detrás de ella, y la historia, el tema de las pandillas y la desigualdad social, la falta de oportunidades (…) y cuando la empecé a investigar vi como esta contracultura desaparecía por la violencia que se vivía en Monterrey”.
Entonces, ¿por qué hay quienes se indignan y niegan la existencia de esta subcultura?
“A veces identificarse con uno u otro grupo de población da un sentido de pertenencia, que es una cuestión identitaria. El problema viene cuando estos grupos van acompañados de valoraciones, de juicios de valor de qué es mejor y qué es peor”, comentaba a Infobae México Tania Ramírez, Directora General Adjunta de Vinculación, Cultura y Educación del Consejo Nacional para Prevenir La Discriminación (Conapred).