A 30 años del hallazgo del Diario de Frida Kahlo, alistan la publicación de una versión popular del volumen de aquella primera edición, lanzada a inicios de los años 90, donde es posible conocer la visión poética, política y creativa de la artista mexicana, publica Diario Excélsior.
Este diario, como se dijo desde su aparición, lo escribió Frida Kahlo (1907-1954) en la última década de su vida, comenta en entrevista Salvador Ponce Aguilar, coordinador editorial de La Vaca Independiente, quien adelanta que éste será presentado en la próxima Feria Internacional del Libro de Minería, junto con una guía didáctica para realizar talleres.
Es un poco un misterio saber si ella deseaba que se publicara o no este diario”, explica Ponce Aguilar en entrevista, “pero de lo que sí hay constancia es de que ella hizo una selección de mucho material que tenía y lo acomodó para hacer una especie de cuaderno. Esto, a nosotros nos sugirió, en su momento, que ella hizo un esfuerzo por preeditarlo y que, de alguna manera, tuvo la intención de que otras personas lo vieran”.
¿Cómo llegó este libro a la editorial?, se le pregunta a Ponce Aguilar. “A la muerte de Frida, sus obras pasaron a manos de Diego Rivera hasta que, en 1957, se constituyó el Fideicomiso relativo a los Museos Diego Rivera y Frida Kahlo para resguardar todo lo que existiera en espacios como el Museo Anahuacalli y la Casa Azul.
Casi 40 años después de la muerte de Frida, en 1992 o 1993, fue hallado este diario y Dolores Olmedo, quien entonces era la fiduciaria vitalicia del fideicomiso, cedió los derechos patrimoniales para editar y publicar este diario a La Vaca Independiente”, detalla.
Así que, al menos durante tres décadas, la editorial ha publicado dicho diario, aunque no ha circulado de forma masiva.
Hasta el momento ha habido dos ediciones importantes. La primera, que incluía una introducción del escritor Carlos Fuentes, y una segunda en 2017, con introducciones de Eduardo Casar y Karen Cordero, donde el sello apostó por un cambio frente la visión que se tenía del diario.
En su texto, Cordero define el diario de Frida como una obra sui géneris creada hacia el final de su vida, donde podemos encontrar elementos que dialogan con algunas de sus obras más connotadas, y, por otro, podemos experimentar un lado poético, juguetón, de su ser creativo, que permite un acceso a su subjetividad de una manera libre y sugestiva, que traza vínculos entre lo personal, lo artístico, lo cotidiano y lo político por medio de un manejo fluido de la materia de dibujo-escritura y, en algunos momentos, de collage con material que tiene a su disposición.
Y agrega: “Aunque no fue contemplado como un objeto artístico en su tiempo, hoy puede entenderse como un objeto visionario que condensa perspectivas alternas que no formaban parte de la narrativa hegemónica del arte mexicano de su época”.
Por su parte, el escritor Eduardo Casar destaca los rasgos literarios del libro, al cual define como “una joya de inteligencia y sensibilidad fridamente expresadas”, donde este diario “es más poético que narrativo”.
¿Diría que hay rastros de poesía en este libro?, se le cuestiona a Ponce. “A mí no me gusta afirmar que Frida Kahlo era poeta, pero lo que a mí sí me gusta decir es que tenía una poética.
(Ser) poeta es un ejercicio literario y formal, pero este libro, para mí, puede ser una poética, porque Frida Kahlo constantemente está diciendo qué significan los colores para ella. Además, aquí aparece una Frida bastante libre y reflexiva, donde es posible acercarnos a su bagaje literario y filosófico, un acercamiento a qué le gustaba, cuáles eran sus expectativas, su escuela política y a cuál doctrina se inclinaba”, asegura.
También se puede leer este diario como “un ejercicio imaginario que explica un poco el contexto en el que ella pintó varias obras, como Las dos Fridas (1939), a partir de una anécdota que le ocurrió cuando era niña, pues ella tenía una amiga imaginaria y, a partir de esa anécdota, construyó una narrativa como si fuera una suerte de minirrelato ilustrado. Y, de esta manera, el diario aporta una serie de sorpresas, porque puedes descubrir quién era ella”.
Cabe apuntar que el volumen -que ya fue traducido al polaco, húngaro, portugués para Brasil, japonés y ha sido difundido en Sudamérica, y próximamente llegará al chino y al rumano- también incluye las transcripciones de los textos de Frida, lo que facilita su lectura y que muestra la picardía de la artista y su gran sentido del humor para abordar temas personales y de la vida cotidiana.
¿Han revisado el material publicado para descartar falsificaciones? “Cuando se descubrió la obra estaba íntegra y no había sido tocada, estaba archivada y no hubo ninguna intervención. Sin embargo, son 30 años de ascenso de Frida, y estaríamos atentos a cualquier comentario”.
Con información de Excélsior
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