La Orquesta Sinfónica Infantil de México (OSIM) se ha consolidado como un referente para la formación de jóvenes músicos en el país. A lo largo de su historia ha sido un semillero de talentos y un espacio de desarrollo artístico y personal para cientos de niños y jóvenes que encuentran en la música una forma de expresión y crecimiento, publica Reporte Índigo.
Para celebrar su aniversario 22, la OSIM tendrá una gira del 31 de julio al 4 de agosto en ciudades como: León, Guanajuato; Aguascalientes capital; Zamora, Michoacán; Toluca, Estado de México, y cerrará el domingo 4 en el Teatro Principal del Palacio de Bellas Artes en Ciudad de México.
‘Es un proyecto con más de 22 años de trayectoria que a lo largo de este tiempo ha logrado consolidarse como la representación artística, orquestal, infantil y juvenil más importante de nuestro país’ , señaló Roberto Rentería Yrene Titular del Sistema Nacional de Fomento Musical (SNFM)
Este viaje ha sido posible gracias a un proceso constante de evolución y mejora. Cada año, los jóvenes integrantes se reúnen en un campamento de dos semanas en julio; en este año fue en Oaxtepec, Morelos, en donde enfrentan desafíos técnicos cada vez mayores, que les permiten alcanzar niveles de excelencia comparables a los de orquestas profesionales.
“La orquesta se encuentra en un momento de madurez muy importante, desarrollando en el caso del cuerpo docente, por ejemplo, dinámicas de trabajo, metodologías y pedagogías cada vez más ad hoc de los tiempos que se viven actualmente”, explica Rentería.
Los niños y jóvenes que se unen a la orquesta tienen la oportunidad de trabajar con un equipo de maestros especializados que los guían a través de un viaje de autodescubrimiento y crecimiento artístico.
El campamento musical es una pieza clave en la formación de los integrantes de la OSIM. “Es una de las actividades más importantes porque no sólo es el espacio donde se monta y se prepara el repertorio que formará parte de la gira, sino que es precisamente la experiencia que tienen los chicos de poder compartir con niños, niñas, jóvenes de otras latitudes“, dice Roberto Rentería Yrene.
Este campamento, además de centrarse en el desarrollo musical, también fomenta la creación de lazos de amistad y camaradería que se busca perduren más allá de los días de ensayos y conciertos.
“La magia del campamento radica en que todas las actividades siempre tienen como motivación y como motor el manejo y el desarrollo de sus emociones“, asegura el director.
Durante su estancia, los jóvenes músicos no sólo perfeccionan sus habilidades técnicas, sino que también participan en actividades recreativas que fomentan la creatividad y la confianza en sí mismos para después pararse en grandes escenarios.
“Los chicos aquí están ocho horas al día practicando de la mano de maestros especializados en cada uno de los instrumentos sinfónicos y tienen acceso a clases maestras, a talleres de restauración de sus instrumentos, a todas estas actividades recreativas en las que conviven y en las que juegan.
“Es toda una gama de actividades en las que ellos pueden desarrollar amistades fraternales que, aunque se despidan ahora, después de la gira continúan, así vivan en Tijuana y Chiapas; entonces, esta fraternidad que se desarrolla durante el campamento es, precisamente, la mística y la magia que tiene la OSIM”, confiesa.
La OSIM es un reflejo de la diversidad cultural y geográfica de México. En esta ocasión, participan 137 jóvenes de 27 estados de la República Mexicana, además de tres jóvenes costarricenses.
“Tenemos 137 jóvenes que resultaron seleccionados como parte del proceso de audición, incluyendo jóvenes mexicanos radicados en el extranjero”, explica.
Algunos integrantes de la OSIM provienen de la Sierra de Guerrero, de la de Oaxaca, de Mexicali, Tijuana y de Chiapas.
El programa de la gira, que se extiende del 31 de julio al 4 de agosto, incluye una selección de obras curadas para desafiar a los jóvenes músicos.
“Buscamos siempre un programa que sea muy atractivo y que sea, por supuesto, un reto técnico al que se enfrenten”, enfatiza Rentería. El repertorio incluye desde obras clásicas como la Obertura de La urraca ladrona, de Rossini, hasta piezas contemporáneas de compositoras mexicanas como Nubia Jaime Donjuan y Gina Enríquez.
“Interpretaremos también una pieza de, quizá, la compositora mexicana más importante a nivel mundial en la actualidad: la maestra Gabriela Ortiz. De ella hacemos su pieza ‘kauyumari’ que está basada en las melodías de la tradición huichol y que se escribió apenas en 2021 para celebrar la posibilidad de reunirse otra vez en orquestas y poder hacer música juntos después del paso de la pandemia.
“Y es lo que estamos celebrando aquí, el poder reunir a todos estos chicos para que toquen de manera colectiva en esta orquesta imponente de 137 jóvenes músicos y, por supuesto, no podía faltar la música de Arturo Márquez, uno de los cómplices del trabajo de Fomento Musical y forjador en muchos de los sueños de estos pequeños. Este año interpretaremos su “Danzón número 8”, que cumple 20 años de haberse estrenado en nuestro país”, explica.
La gira tendrá su cierre en el Palacio de Bellas Artes. Este concierto representa una culminación simbólica y emotiva para los jóvenes músicos.
“El programa es el mismo, pero en efecto es un concierto, que tiene una relevancia mayor por ser el recinto cultural más importante de nuestro país“, reitera el director de la OSIM.
A lo largo de sus 22 años, la OSIM ha demostrado ser un semillero de talento excepcional. No sólo ha producido músicos de alto calibre que ahora forman parte de las mejores orquestas del país, sino que también ha inspirado a muchos a seguir una carrera en la música.
“Yo creo que el proyecto ha logrado tal madurez, tal evolución, que la misma calidad del proyecto le ha valido para mantenerse por todos estos años de manera transexenal. El convertirnos en esta plataforma de crecimiento musical personal fue la mejor experiencia que han tenido”, concluye.
Piezas destacadas
“Sahuaro”, de la Pequeña Suite Mexicana, de Nubia Jaime Donjuan
“Kauyumari” (“Ciervo azul”), de Gabriela Ortiz
“Marfil”, de Gina Enríquez,
“Danzón núm. 8”, de Arturo Márquez,
Las Oberturas de la ópera La urraca ladrona, de Gioachino Rossini, y de La gran Pascua rusa, de Nikolai Rimsky Korsakov
Con información de Reporte Índigo
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