Cada vez más niñas y niños están iniciando los cambios de la adolescencia antes de lo esperado, un fenómeno que especialistas identifican como pubertad precoz.
Este proceso, que comienza antes de los ocho años en niñas y antes de los nueve en niños, no solo transforma el cuerpo: también puede impactar profundamente en el bienestar emocional y social.
De acuerdo con Mayo Clinic y Cleveland Clinic, las causas pueden ser hormonales, genéticas, tumorales e incluso ambientales, lo que vuelve indispensable una detección oportuna.
¿Cómo se manifiesta la pubertad precoz?
El cuerpo empieza a madurar demasiado rápido.
En niñas, los signos más comunes incluyen crecimiento de las mamas y la aparición de la primera menstruación.
En niños, se presenta aumento del tamaño de testículos y pene, cambio de voz y desarrollo de vello facial.
En ambos casos pueden aparecer vello púbico y axilar, acné, olor corporal intenso y crecimiento acelerado.
Cleveland Clinic también señala el desarrollo muscular y la menstruación temprana como indicadores importantes.
Tipos y causas: central y periférica
Existen dos tipos principales:
Pubertad precoz central:
Es la más frecuente.
Ocurre cuando el cerebro activa antes de tiempo la hormona GnRH, responsable de iniciar la producción de hormonas sexuales.
En la mayoría de las niñas no se identifica una causa específica, aunque en casos menos comunes puede estar relacionada con tumores, infecciones, lesiones o tratamientos previos en el sistema nervioso.
Pubertad precoz periférica:
Sucede cuando ovarios, testículos o glándulas suprarrenales producen hormonas sexuales sin intervención del cerebro.
Puede estar asociada a tumores, síndromes genéticos como McCune-Albright o hiperplasia suprarrenal congénita.
También puede desencadenarse por el uso de cremas o suplementos con estrógenos o testosterona.
Factores de riesgo de la pubertad precoz
Las niñas presentan mayor probabilidad de desarrollarla.
Además, la obesidad infantil, una dieta rica en ultraprocesados y el sobrepeso se relacionan con un inicio más temprano de la pubertad, especialmente en niñas.
Cleveland Clinic destaca que niños afrodescendientes, hispanos y nativos americanos suelen presentar estos cambios antes que otros grupos, posiblemente por factores genéticos y altos índices de obesidad.
Consecuencias físicas y emocionales
La pubertad precoz no es solo un tema estético. Puede provocar:
Baja estatura en la adultez, debido a la maduración acelerada de los huesos.
Problemas emocionales, como baja autoestima, angustia y depresión.
Dificultades sociales, ya que los menores pueden sentirse fuera de lugar entre sus pares.
Mayor riesgo de ansiedad y comportamientos de riesgo, según Cleveland Clinic.
¿Cómo se diagnostica?
Un diagnóstico adecuado requiere una evaluación completa: examen físico, historial médico, análisis hormonales y radiografía de la mano para evaluar la maduración ósea.
En ciertos casos se realizan estudios como resonancia magnética o ultrasonido para descartar anomalías o tumores.
Con el diagnóstico confirmado, el menor suele ser referido a un endocrinólogo pediátrico.
Opciones de tratamiento
El tratamiento depende del tipo y la causa:
Central: se utilizan agonistas de GnRH, medicamentos que detienen temporalmente la producción de hormonas sexuales.
Periférica: se enfoca en eliminar o controlar la fuente de hormonas (como tumores o enfermedades endocrinas), o suspender productos que contengan estrógenos o testosterona.
Los especialistas coinciden en que intervenir temprano ayuda a que el crecimiento y el desarrollo emocional vuelvan a un ritmo adecuado para la edad del niño.
¿Se puede prevenir?
No del todo, ya que factores como sexo, genética o etnia no pueden modificarse. Sin embargo, se recomienda:
Evitar productos con hormonas dirigidos a adultos.
Mantener un peso saludable y hábitos alimenticios equilibrados.
Consultar al médico ante cualquier señal sospechosa.
Detectar y tratar la pubertad precoz a tiempo puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de los menores.
Con información de Infobae.
