imagen tomada de elespanol,com
Cuando se habla de rascacielos futuristas, la mente suele viajar a Dubái o Arabia Saudí. Sin embargo, Europa también comienza a explorar este tipo de proyectos, aunque de forma mucho más excepcional y polémica. Uno de los más ambiciosos es Pico Lina, un rascacielos que podría levantarse junto a uno de los montes más icónicos del continente.
El proyecto contempla una torre de 260 metros de altura, ubicada en una de las estaciones de esquí más exclusivas de Europa, en un entorno dominado por la nieve y las montañas.
Aunque no sería el edificio más alto del mundo, su ubicación a 1,500 metros sobre el nivel del mar amplifica su impacto visual… y también la sensación de vértigo.
La torre se situaría a unos 800 metros de la entrada de la estación de esquí, sobre terrenos que hoy se utilizan con fines agrícolas.
Desde allí, ofrecería vistas directas al Cervino, también conocido como Matterhorn, una montaña de 4,478 metros que es referencia mundial para los deportes de invierno.
El diseño lleva la firma del arquitecto suizo Heinz Julen, de 61 años, quien propone una estructura de cristal, estilizada y rectangular, que contrasta de forma radical con las viviendas tradicionales de tejados inclinados típicas de la región alpina.
El edificio contemplaría dos tipos de viviendas.
Entre los pisos 2 y 32 se ubicarían departamentos destinados a residentes locales y trabajadores que sostienen la actividad turística, en una zona donde el acceso a la vivienda se ha vuelto cada vez más complicado por el alto costo del alquiler.
En contraste, los niveles superiores del piso 33 al 62, estarían reservados para apartamentos de lujo, con amplios ventanales y vistas privilegiadas.
Algunos serían áticos tipo loft y otros estarían pensados para familias completas.
La legislación local de Zermatt limita la compra de propiedades a personas no residentes, una medida que busca frenar la especulación inmobiliaria en una de las zonas más caras de Suiza.
Pico Lina no sería solo un edificio residencial.
El proyecto incluye 1,000 plazas de estacionamiento, una sala de conciertos con capacidad para 2,500 personas, zonas gastronómicas, comercios, guardería, piscina pública, centro deportivo e incluso una posible residencia asistida para adultos mayores.
También se plantea la construcción de un teleférico directo desde el complejo hasta la estación de esquí, para evitar congestión vehicular durante la temporada alta.
Para avanzar, el arquitecto necesita reunir 600 firmas de los cerca de 5,800 habitantes de Zermatt para reclasificar el terreno como edificable. Después, el proyecto se sometería a una votación popular.
Si recibe luz verde, la obra podría tardar entre 5 y 10 años y alcanzar un costo cercano a 500 millones de francos suizos.
De concretarse, sería una de las construcciones más audaces jamás vistas junto a una estación alpina, en un país conocido por proteger con rigor sus paisajes de postal.
Con información de El Espanol.
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