En una de las regiones más pobres de Guatemala, una escuela está cambiando el destino de cientos de niñas indígenas. Se trata del Colegio Impacto MAIA, ubicado en el departamento de Sololá, a orillas del lago Atitlán, donde cada año 50 niñas mayas ingresan a un programa educativo que busca llevarlas a la universidad y a una vida con más oportunidades.
MAIA: Educación de élite en un entorno marcado por la pobreza
En una provincia donde el 75% de la población vive con menos de US$2 al día y el acceso a la educación es limitado, MAIA funciona como un oasis.
Más de 300 alumnas de 40 comunidades indígenas reciben una formación que combina el currículo oficial con liderazgo, acompañamiento familiar y desarrollo socioemocional.
Los resultados son contundentes: en las pruebas nacionales de matemáticas, las estudiantes alcanzan 86% de aprobación, frente al 13% del promedio nacional, y el 60% ya cursa estudios universitarios.
Todo esto en un país que invierte apenas US$841 al año por alumno, la cifra más baja de América Latina según el BID.
Romper el ciclo de abandono escolar y exclusión
MAIA también enfrenta problemáticas estructurales como el abandono escolar y el embarazo adolescente.
En Guatemala, solo 1,5% de las mujeres indígenas llega a la universidad, y más de la mitad son madres antes de los 20 años.
Fundada en 2017, la escuela ofrece becas completas y acompaña a cada alumna durante siete años, involucrando activamente a sus familias.
Su impacto ya es reconocido a nivel internacional y hoy sus egresadas aspiran a estudiar dentro y fuera del país.
Como resume su directora, Andrea Coché: “Empoderar a mujeres indígenas es transformar comunidades enteras”.
Con información de BBC.
