En 1978, Jerry Slocum reunió a un pequeño grupo de coleccionistas en la sala de su casa en California. Ese encuentro íntimo se transformó con el tiempo en la International Puzzle Party (IPP), un evento anual que hoy congrega a especialistas de distintas partes del mundo. La reunión inicial fue modesta, pero marcó el inicio de un movimiento cultural que redefinió la forma de entender los rompecabezas.
De una sala doméstica a un congreso mundial
Lo que comenzó con unos cuantos entusiastas terminó convirtiéndose en un foro que rota entre América, Europa y Asia. El IPP se distingue porque no funciona como feria comercial, sino como un espacio de intercambio entre expertos. Los asistentes acuden por invitación, lo que refuerza el carácter selectivo de la cita y mantiene viva la comunidad que Slocum impulsó hace más de cuatro décadas.
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Una colección con propósito académico
La pasión de Slocum no se limitó a organizar encuentros. Reunió más de 40 000 rompecabezas, una de las colecciones más grandes del planeta. Esa reserva, depositada en la Lilly Library de la Universidad de Indiana, se utiliza para enseñar matemáticas, arte y diseño. Profesores invitan a los estudiantes a interactuar directamente con los objetos para estimular pensamiento crítico y creatividad a partir de experiencias táctiles.
El legado detrás de cada pieza
Los rompecabezas de la colección abarcan desde ejemplares antiguos de madera hasta innovaciones contemporáneas en metal y acrílico. Más allá de su valor estético, representan un patrimonio cultural que documenta la evolución de la curiosidad humana. La IPP, que nació en un espacio reducido, hoy agrupa a más de 400 coleccionistas de distintos países, confirmando que la búsqueda de soluciones sigue siendo un lenguaje universal.
