Arqueólogos en Jerusalén concluyeron la excavación de la sección más completa jamás encontrada de los cimientos del antiguo muro de Jerusalén que protegía la ciudad durante la época del Reino Hasmoneo, periodo en el que se sitúa la historia de Januc
á. El hallazgo también podría aportar evidencia física de un alto el fuego ocurrido hace más de 2 mil 100 años entre reinos enfrentados.
Janucá, que en hebreo significa “dedicación”, recuerda la rededicación del Templo de Jerusalén en el siglo II a. C., luego de que un grupo de combatientes judíos lo liberara de fuerzas extranjeras. La festividad, que dura ocho días y este año inicia el 14 de diciembre, se celebra con el encendido diario de velas y el consumo de alimentos fritos, en memoria del aceite que milagrosamente duró ocho noches.
Un muro más grande que el actual
Los cimientos recientemente excavados miden casi 50 metros de largo y alrededor de cinco metros de ancho, y sostenían muros que, según estimaciones y fuentes históricas, superaban en altura a los actuales muros de la Ciudad Vieja de Jerusalén, los cuales datan principalmente de la época otomana.
Las murallas asmoneas protegían un territorio mucho más extenso que el de la Ciudad Vieja actual y contaban con 60 torres de vigilancia que, de acuerdo con escritos antiguos, superaban los 10 metros de altura.
La sección descubierta es una de las más largas encontradas intactas desde sus cimientos.
¿Muro derribado por un acuerdo de paz?
Uno de los aspectos más llamativos del hallazgo es que el muro parece haber sido desmantelado de forma deliberada y uniforme, y no destruido por el paso del tiempo o por la guerra, explicó el doctor Amit Re’em, uno de los arqueólogos principales del proyecto de la Autoridad de Antigüedades de Israel.
Según el historiador Flavio Josefo, en los años 132 o 133 a. C., el rey helenístico Antíoco VII sitió Jerusalén. Ante la presión militar, el rey judío Juan Hircano I pactó un alto el fuego que incluía el derribo de las fortificaciones asmoneas. Para sellar el acuerdo, incluso ofreció plata y rehenes.
“Creemos que encontramos la prueba arqueológica de ese episodio histórico”, señaló Re’em, quien destacó la coincidencia entre los textos antiguos y la evidencia material como uno de los grandes atractivos de Jerusalén.
Otras teorías sobre el desmantelamiento del antiguo muro de Jerusalén
No todos los expertos coinciden con la hipótesis del alto el fuego.
Orit Peleg-Barkat, arqueóloga de la Universidad Hebrea de Jerusalén, considera más probable que el desmantelamiento se realizara para permitir la construcción del palacio del rey Herodes en el siglo I a. C.
Otras secciones del muro asmoneo halladas en la ciudad no fueron desmontadas, lo que refuerza la idea de que se trató de una intervención localizada.
Un hallazgo bajo una antigua prisión
La sección del muro fue encontrada bajo un ala abandonada del edificio Kishleh, construido en 1830 como base militar y utilizado posteriormente como prisión, incluso durante el mandato británico.
Las paredes aún conservan grafitis en hebreo, árabe e inglés, así como restos de las rejas originales.
Las excavaciones comenzaron en 1999, pero se interrumpieron por la violencia de la Segunda Intifada y se retomaron hace dos años.
En ese tiempo, los arqueólogos retiraron manualmente una cantidad de tierra equivalente a dos piscinas olímpicas.
En el futuro, el Museo de la Torre de David instalará un suelo de cristal flotante sobre las ruinas y convertirá el espacio en una nueva galería. Las obras de adecuación podrían extenderse por al menos dos años más.
El descubrimiento vuelve a demostrar cómo la arqueología sigue revelando capas clave de la historia de Jerusalén, donde el pasado religioso, político y cultural se entrelaza bajo cada piedra.
Con información de Proceso.
