En una época marcada por el cambio climático y la urgencia de adoptar prácticas sostenibles, la arquitectura se enfrenta a un reto ineludible: diseñar espacios que no solo sean funcionales y estéticos, sino también responsables con el entorno. El arquitecto mexicano Daniel Esquenazi Beraha considera que la eficiencia energética es el eje sobre el cual debe girar la evolución del diseño urbano y arquitectónico en las próximas décadas. Su visión propone una integración profunda entre tecnología, sustentabilidad y bienestar humano, donde cada edificio actúe como un sistema inteligente capaz de aprender, adaptarse y optimizar recursos.
Para Daniel Esquenazi Beraha, los edificios inteligentes representan una auténtica revolución en la forma de concebir la arquitectura contemporánea. No se trata solo de incorporar dispositivos modernos, sino de diseñar infraestructuras que utilicen la información del entorno y del comportamiento de sus ocupantes para reducir consumos innecesarios.
El arquitecto destaca la importancia de sistemas de automatización de iluminación y climatización, sensores de presencia, y plataformas digitales que permitan monitorear el uso energético en tiempo real. Estas herramientas —explica— posibilitan ajustar los niveles de consumo según la hora del día, la temperatura exterior o la cantidad de personas en un espacio, garantizando así un uso racional de los recursos naturales.
Además, Esquenazi Beraha resalta que la tecnología aplicada al diseño tiene un efecto directo en la calidad de vida urbana: “Un edificio inteligente no solo consume menos energía, también mejora la comodidad, la salud y la productividad de quienes lo habitan”.
De acuerdo con Daniel Esquenazi Beraha, la arquitectura del futuro no se medirá por la altura o el lujo de sus estructuras, sino por su capacidad de adaptarse al entorno y operar de forma autosuficiente. En línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU —especialmente los relacionados con la energía limpia (ODS 7) y las ciudades sostenibles (ODS 11)—, Esquenazi propone que cada desarrollo arquitectónico funcione como un ecosistema urbano eficiente, donde la energía se produzca, consuma y recicle de manera inteligente.
“El verdadero desafío no está en construir más, sino en construir mejor”, afirma el arquitecto. Bajo esta premisa, la arquitectura se convierte en un agente de transformación ambiental y social, capaz de liderar la transición hacia un modelo de ciudad más resiliente, inclusivo y sostenible.
En palabras de Esquenazi Beraha, integrar innovación, diseño y conciencia ecológica es el camino para edificar no solo espacios habitables, sino también una nueva forma de vida urbana, donde la eficiencia energética sea sinónimo de progreso y bienestar colectivo.
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