Capitán Planeta y los planetarios regresan más de tres décadas después de su primera emisión en televisión. Una nueva serie de cómics de Dynamite Entertainment promete acercar al héroe ambiental de los noventas a otras generaciones, ha publicado El Sol de México.
Para quienes crecimos viendo la serie original, el mensaje es tan urgente hoy como entonces. Como investigador en sostenibilidad y educación, a menudo reflexiono sobre cómo las experiencias tempranas moldean nuestros valores ambientales.
Capitán Planeta y los planetarios fue uno de los primeros momentos que me hizo reflexionar sobre nuestra responsabilidad con el mundo que nos rodea.
El guionista de la nueva serie, David Pepose, ha dicho que quiere mantenerse fiel al original, a la vez que actualiza la historia para el mundo actual.
“La razón por la que Capitán Planeta lucha por el medio ambiente es porque no quiere ver morir a nadie, y eso es algo realmente poderoso y atemporal”, dijo.
En aquel entonces, mi familia vivía en un pequeño pueblo de la zona rural de Punjab, Pakistán, un lugar al margen de la vida urbana y del cambio climático. La vida era tranquila y pausada. Cada mañana comenzaba con la llamada a la oración.
La mayoría de las noches terminaban a oscuras debido a los frecuentes cortes de electricidad. De niños, teníamos pocas distracciones: jugábamos al críquet o al escondite en la calle.
Pero en un rincón de nuestra sala había algo que nos conectaba con un mundo diferente: un televisor a color. Era raro en el pueblo y rápidamente se convirtió en un objeto de asombro compartido.
Los niños del barrio se reunían en casa durante las escasas horas en que la televisión estatal permitía emitir Cartoon Network, entre las 15:00 y las 17:00. Entre todos los programas, destacaba una serie de dibujos animados: Capitán Planeta y los planetarios.
La trama era simple pero impactante. Capitán Planeta es un superhéroe que lucha contra la contaminación, la avaricia corporativa y la destrucción del medio ambiente.
Sólo podía ser invocado por los Planetarios, un grupo de cinco adolescentes de diversas procedencias con anillos mágicos: Kwame (África, Tierra), Wheeler (Norteamérica, Fuego), Linka (Europa del Este, Viento), Gi (Asia, Agua) y, finalmente, Ma-Ti (Sudamérica, Corazón).
Con todos esos poderes combinados, el Capitán Planeta se elevaría majestuosamente por los aires, listo para luchar contra los villanos que propagaban la contaminación.
Con todos esos poderes combinados, el Capitán Planeta se elevaría majestuosamente por los aires, listo para luchar contra los villanos que propagaban la contaminación
La productora ejecutiva de la serie original de 1990, Barbara Pyle, afirmó que el objetivo era inspirar y enseñar a los jóvenes sobre la protección del medio ambiente.
Pyle mencionó que el éxito del programa no residía en vender juguetes, sino en incluir problemas ambientales reales en las historias. En mi opinión, lograron su objetivo.
Ninguno de nosotros entendía inglés lo suficientemente bien como para seguir cada palabra, pero comprendíamos la energía y las emociones. Rabia cuando se quemaban los bosques. Tristeza cuando se envenenaban los océanos. Alegría cuando se derrotaba a los villanos. Sobre todo, la sensación de que el mundo natural importaba.
Recuerdo el día que paseaba con mi padre por los campos cerca de nuestro pueblo. Una fábrica recién construida expulsaba humo negro al cielo, y sus tuberías descargaban agua maloliente en un arroyo que usaban algunos animales.
Me sentí incómodo, incluso enojado. Me recordó a los villanos de la serie, como Hoggish Greedly y el Dr. Blight, que trataban la Tierra como algo desechable. Le pregunté a mi padre por qué nadie podía detenerlo. Se sorprendió. Ojalá fuera un Planetario con un anillo mágico al que llamar Capitán Planeta.
Esos dibujos animados hicieron más que entretener. Pusieron nombre y rostro a ideas que nunca habíamos escuchado en la escuela. Nuestros libros de texto no hablaban de la contaminación. Nadie nos enseñó el valor de los árboles ni del agua limpia.
Pero Capitán Planeta hizo que esas cosas se sintieran importantes. Sugería que alguien debería preocuparse. Que tal vez, ese alguien podrías ser tú.
El mensaje de la serie me quedó grabado. Hoy, mi investigación se centra en la sostenibilidad y la educación. A menudo reflexiono sobre cómo un dibujo animado influyó en ese interés. No me di cuenta entonces, pero esos anillos brillantes y la famosa frase “el poder es tuyo” sembraron en mí una idea que nunca me abandonó.
Con información The Conversation vía Reuters, publicado en El Sol de México
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