Mujeres indígenas hacen historia en el Palacio de Bellas Artes con su música
Mujeres indígenas hacen historia en el Palacio de Bellas Artes con su música

Mujeres indígenas hacen historia en el Palacio de Bellas Artes con su música

El Palacio de Bellas Artes vivió una noche histórica con mujeres indígenas haciendo una presentación.

Por primera vez desde su inauguración en 1934, el recinto cultural más importante de México abrió sus puertas a agrupaciones de mujeres indígenas.

Con música, canto y tradición llenaron de vida el escenario que tantas veces les fue negado.

El sábado 6 de septiembre de 2025 se celebró el concierto Por donde pasa la luna, en el que participaron cinco agrupaciones integradas por niñas y mujeres de entre 7 y 70 años de los pueblos nahua, seri, mixe, totonaca y chontal.

Con vestidos típicos, joyería artesanal y cantos en lenguas originarias, 53 intérpretes demostraron que la música también es un acto de resistencia.

“Fue una lucha, me decían que las mujeres no podían hacer música”, recordó Concepción Hernández, fundadora de la Banda Ka’ux, primer grupo musical de mujeres de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca.

El concierto unió marimbas, violines, jaranas y sones en un recorrido sonoro acompañado de proyecciones que mostraban las raíces culturales de cada pueblo.

Cada presentación fue recibida con aplausos y gritos de apoyo, en un ambiente de orgullo colectivo.

La rapera y activista seri Zara Monrroy, directora creativa del evento, lo resumió así:

“Este concierto fue un acto de resistencia, dignidad y reivindicación histórica”.

Y no es para menos: en 91 años de historia del Palacio, nunca se había dado un espacio así, enmarcado además en la iniciativa gubernamental 2025, el año de la mujer indígena.

Mujeres indígenas reduciendo la brecha de género

En México viven más de 20 millones de mujeres indígenas, muchas de ellas enfrentando desigualdad y discriminación.

Para María Flavia Camarena, coordinadora del ensamble huasteco Cántaros de Sol, su trabajo es una forma de cerrar esas brechas:

“Gracias a la agrupación, hoy la mitad de nuestros estudiantes son niñas. Estamos reduciendo esas desigualdades con lo que más nos gusta hacer: música”.

Otras agrupaciones como el Trío Eyixochitl de Hidalgo, el ensamble de marimbas Manglares de Centla de Tabasco y el colectivo comcáac Cmaam Icaheme de Sonora también llevaron sus voces al llamado “Palacio de Mármol”, mostrando que la música indígena no solo preserva lenguas y tradiciones, sino que también abre caminos de libertad para las nuevas generaciones.

El mensaje fue claro: las mujeres indígenas no solo pueden hacer música, sino que con ella conquistan escenarios, reivindican su lugar en la cultura y en la historia, y demuestran que la igualdad también se canta.

Como dijo Concepción Hernández, hoy flautista de la Orquesta Sinfónica del IPN:

“Estamos demostrando que las mujeres podemos hacer más cosas”.

Con información de DW.

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