Para la edición número 42 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería se tomó el reto de adaptarse a una edición virtual en este 2021.
Elegidas con gran precisión y cuidado, la feria del libro universitaria más emblemática traerá 60 actividades para deleitar a los lectores y asistentes a la FIL.
“La lectura es un salvavidas, una actividad de recreación, si leo no me encierro”, afirmó Anel Pérez, titular de la Dirección General de Literatura y Fomento a la Lectura de la UNAM.
La entidad universitaria se trazó como objetivo mostrar durante esta edición virtual de la FIL Minería la creación literaria y fomento a la lectura que busca promover en los estudiantes y jóvenes de todo el país.
Entre las actividades de esta feria está la presentación del libro de la escritora y poeta Yaroslabi Bañuelos. Originaria de La Paz, Baja California, fue descubierta por sus creaciones literarias y su participación en la revista Punto de Partida.
Para la edición virtual de la FIL se presentará su libro Inventario de las cosas perdidas que reúne un trabajo conmovedor de creación literaria entre contextos de violencia de género y pandemia.
Yaroslabi es una autora joven que logra tener voz y rostro gracias al escaparate de espacios como la revista Punto de Partida.
Fue en 1924 cuando el Palacio de Minería albergó, por primera vez en México, una Feria del Libro, “concebida con el propósito de fomentar la lectura y el interés de los editores extranjeros, además de alentar el arte de la imprenta.”
Esta Feria del Libro y de las Artes Gráficas, impulsada por José Vasconcelos y realizada durante los primeros 15 días de noviembre de ese año, “fue una muestra palpable de los adelantos y evolución del arte tipográfico en México, ciudad privilegiada en el Nuevo Mundo, que tuvo la fortuna de ser la primera que contó con una imprenta en el Continente Americano.”
El Palacio de Minería fue construido a fines del s. XVIII por el extraordinario escultor y arquitecto valenciano Manuel Tolsá para albergar al Real Seminario de Minas, que más tarde sería la Escuela de Ingenieros y actualmente alberga la División de Educación Continua de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México, de la que depende por evidentes razones históricas.