La experta en literatura Elizabeth Winkler se atrevió a cuestionar la verdadera identidad del genio de la lengua inglesa William Shakespeare, pues considera que su biografía es un agujero negro y la poca evidencia de sus manuscritos lo amplía.
Sobre lo anterior, en su libro “Shakespeare fue una mujer y otras herejías”, Winkler se atreve a cuestionar a los eruditos sobre las teorías de que el hombre de Stratford-upon-Avon no sería el verdadero autor de las excepcionales obras teatrales y sonetos que lo han inmortalizado.
Winkler se sumerge en la herejía y va más allá todavía al decir que podría tratarse de una mujer; fundamentando que, en la tumba del autor de Romeo y Julieta, ubicada en la iglesia de la Santa Trinidad del mismo pueblito que lo vio nacer en 1564, se lee una desafiante advertencia:
“Bienaventurado el que guarda estas piedras y maldito sea el que mueva mis huesos”. Hurgar en el pasado, nombre y estampa del más glorificado autor, parece uno más de los terribles atrevimientos.
“La teoría de que Shakespeare podría no haber escrito las obras que llevan su nombre es el tema más horrible, irritante e indecible de la historia de la literatura”, señala la especialista.
En esta reciente publicación editorial, Winkler hace una exhaustiva investigación alrededor de la vida del ser o no ser, una biografía del dramaturgo, poeta y actor que está bien documentada, pero ningún registro lo identifica inequívocamente como escritor.
La escritora refiere que ya desde el tiempo cercano a la vida del dramaturgo se hablaba de otros como los verdaderos autores: el filósofo Francis Bacon o al poeta Christopher Marlowe.
Además, grandes ilustres, como Mark Twain, Walt Whitman, Vladimir Navokov o Sigmund Freud, se sumaron a la controversia.
Winkler, periodista asentada en Washington, publicó en 2019 un ensayo en la revista literaria The Atlantic que cuestionaba el carácter femenino del gran bardo inglés. El texto fue premiado como el mejor ensayo en 2020 y desembocó en el libro de reciente publicación.
Uno de los argumentos de Elizabeth Winkler gira en torno a que hay algo feminista en Shakespeare, sobre todo en las mujeres de las obras teatrales, “Shakespeare no tuvo héroes, sólo heroínas”.
La periodista y crítica literaria, graduada de Princeton, ofrece dos nombres. El primero es Mary Sidney, condesa de Pembroke, una de las mujeres más educadas de su tiempo, poeta, traductora e integrante de un salón literario que animaba el Renacimiento inglés.
Otra candidata fue Emilia Bassano, de origen italiano, contemporánea de Shakespeare y nacida en Londres, que fue parte de la corte, por lo que bien pudo conocer de cerca ese mundillo que tan bien abordó el autor de Hamlet y Macbeth.
Con información de La Jornada
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