Ciudad de México, 11 de mayo de 2021._ Estudios científicos realizados al Códice Maya de México, han corroborado que se trata de un documento único, que ofrece información clave sobre su momento histórico, consideró Erik Velásquez García, del Instituto de Investigaciones Estéticas.
Erik Velásquez fue uno de los invitados por el INAH para indagar sobre el libro que ahora es conocido como Códice Maya de México, al cual se le hicieron microscopía electrónica de barrido, espectrografía, fluorescencia de rayos X, estudios radiométricos y entomología, entre otras observaciones.
Un equipo de expertos dirigidos por Corina Solís Rosales, del Instituto de Física de esta casa de estudios, presentó en septiembre de 2020, en la revista Radiocarbon, una nueva datación del material, donde se concluye que los árboles de los cuales se obtuvieron las fibras para fabricarlo, murieron entre 1159 y el 1261, confirmando, una vez más, que se trata de un objeto prehispánico.
Historia controvertida
Hay tres versiones sobre su hallazgo, y la más aceptada y difundida es que Josué Sáenz lo adquirió en 1966 de manos de unos saqueadores, quienes le ofrecieron un lote de piezas donde venía el libro, mismo que hallaron en una cueva seca de la sierra de Chiapas, refirió.
Entre los hallazgos, especialistas en arqueobotánica concluyeron que el fragmento que se tiene (10 páginas) fue elaborado con tres membranas superpuestas y entrecruzadas con una técnica antigua, las cuales no están aporreadas ni machacadas.