Conocer los aspectos sociales y culturales que inciden en el riesgo de contraer la enfermedad, son los objetivos del cuestionario digital publicada por especialistas de la Coordinación Nacional de Antropología, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.
El proyecto “Percepción sociocultural sobre la COVID-19, las vacunas y la campaña de vacunación”, cuya parte fundamental es la realización del cuestionario digital entre los diversos sectores de la sociedad mexicana, busca documentar conocimientos que puedan ser útiles para proponer recomendaciones de política pública en materia de salud, desde la dimensión antropológica.
Este estudio es confidencial y anónimo, y sus respuestas se utilizarán exclusivamente para fines académicos.
El investigador del INAH, Milton Gabriel Hernández García, participante de la iniciativa, informó que este sondeo busca identificar y analizar la percepción sociocultural de la población mexicana acerca de la COVID-19.
Explicó que desde una computadora, una tableta o un celular, se puede responder el cuestionario disponible en la liga: https://forms.office.com/r/RirduLy3Li; se trata de reactivos de opción múltiple por lo que su llenado no implica más de diez minutos.
El etnólogo destacó que se ha identificado información interesante acerca de las secuelas de la enfermedad entre la gente que padeció la COVID-19 —en cualquiera de sus manifestaciones, leve, severa o grave—, desde la falta de capacidad respiratoria hasta la pérdida de cabello o cejas, por ejemplo.
Compartió que hay personas de comunidades indígenas de diversas partes del país que han respondido el cuestionario digital.
Por ejemplo, un habitante de una localidad totonaca de la Sierra Norte, en Puebla, considera, desde su cosmovisión, “que esta enfermedad es una consecuencia por no respetar a la madre tierra”, aunque también opinó que ha traído resultados positivos, como el hecho de que su pueblo está más unido, pues mucha gente que había migrado a otros lugares regresó a su comunidad y ya no piensan irse.
“Incluso, niños que ya vivían en la ciudad, están aprendiendo su lengua materna, medicina tradicional y la siembra de la milpa. Para algunos integrantes de estas comunidades, este fenómeno de revaloración de su cultura, quizá, no hubiera sucedido sin la contingencia”, refirió el investigador.