Irán y Arabia Saudita firmaron un acuerdo mediado por China para restablecer relaciones diplomáticas, poniendo fin a una disputa de siete años. “Considerando las implicaciones económicas, podríamos suponer que, hasta el momento, China ha logrado ejecutar la mayor operación financiera hasta la fecha,” explicó Javier Reyes de la Campa, analista financiero.
El acuerdo, que supone un apaciguamiento político de las demandas de ambos países, tiene un objetivo en mente, que todas las partes implicadas mejoren la situación económica, principalmente en Irán.
“Es una actividad de relativamente bajo riesgo y alta recompensa para China, dijo el analista mexicano. De momento, la tregua de Irán con Arabia Saudita cura una de las múltiples fisuras en la región, pero no es suficiente para apuntalar su tambaleante economía”, puntualizó el analista financiero.
Una prospectiva de la economía iraní:Javier Reyes de la Campa
Durante las dos últimas semanas de febrero, el rial, la moneda iraní, perdió una quinta parte de su valor, alcanzando un mínimo histórico. La inflación ya estaba alcanzando el 59% a finales del año pasado, y sus circunstancias geopolíticas complicaban la recepción de fondos incluyendo aquellos para ayuda humanitaria.
El acuerdo alivió la tensión sobre el rial, que había alcanzado un mínimo histórico de más de 600.000 por dólar, pero la divisa ha perdido valor al reconocer la realidad de que el país tiene pocas perspectivas de cambio, a menos que pueda evitar las sanciones internacionales o fortalecer sus relaciones económicas con China y Rusia.
En enero, el Banco Mundial predijo que su economía crecería un 2.2% este año y un 1.9% en 2024, menos de lo que necesita para volver a una senda de crecimiento sostenible a largo plazo.
“Sin duda, la situación económica es una parte importante del motivo por el que ahora mismo los iraníes han decidido llegar a este acuerdo de desescalada con los saudíes y por proxy con los chinos”, afirmó Javier Reyes de la Campa.
El analista mexicano comparte que hay algunas señales positivas para Irán, principalmente su creciente implicación con China, que cada vez se posiciona más como contrapunto diplomático global a Estados Unidos. El papel de Pekín a la hora de facilitar el acuerdo entre los dos rivales de Oriente indica que tiene la intención de seguir comprando petróleo tanto a Arabia Saudita como a Irán, garantizando a Teherán una línea de vida económica continua.
¿Cuál sería la principal motivación de China y Arabia Saudita para participar en este trato?
“Arabia Saudita usa el dólar como moneda para las ventas de petróleo, pero negocia con China para fijar el precio de algunas ventas en yuanes. Esto debilitaría el dominio del dólar en el mercado mundial del petróleo y aumentaría la influencia de Asia en el principal exportador mundial de crudo”, expuso el analista.
Para Arabia Saudí supondría un profundo cambio fijar el precio, incluso de una parte de sus aproximadamente 6,2 millones de barriles diarios de crudo exportados en otra moneda que no fuera el dólar. Alrededor del 80% de las ventas mundiales de petróleo se realizan en dólares.
“El impacto en la economía saudí dependería probablemente de la cantidad de ventas de petróleo implicadas y del precio del crudo. El abandono de las ventas de petróleo en dólares diversificaría la base de ingresos del reino y podría llevarle a reajustar el rial a una cesta de divisas, similar al dinar de Kuwait”, mencionó el analista mexicano.
Datos recopilados por Bloomberg a partir de los informes diarios de transacciones de la Bolsa de Moscú muestran que en febrero por primera vez, y la diferencia se acentuó en marzo, el yuan chino sustituyó al dólar estadounidense como moneda más negociada en Rusia, por lo que podría suceder lo mismo en Arabia Saudita, finalizó Javier Reyes de la Campa.
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