El presidente Donald Trump presentó oficialmente la Gold Card, un nuevo programa migratorio que promete residencia acelerada y eventualmente ciudadanía, a quienes paguen al menos un millón de dólares.
La propuesta, celebrada por la Casa Blanca como una vía para atraer “talento invaluable”, generó de inmediato dudas legales y críticas por abrir una puerta preferencial para millonarios.
El sitio oficial del programa, que inicia con el lema “Desbloqueá tu vida en Estados Unidos”, establece que los interesados deberán cubrir primero una tasa no reembolsable de 15 mil dólares y, tras aprobar la verificación de antecedentes, aportar un millón adicional como prueba de que beneficiarán al país. Según la administración, el trámite podría resolverse “en cuestión de semanas”.
Las empresas también podrán usar la Gold Card para patrocinar empleados extranjeros pagando la misma tarifa inicial y dos millones de dólares por trabajador, con la opción de transferir el patrocinio por un costo extra. El lanzamiento incluso incluye una tarjeta física dorada con la imagen de Trump, un detalle que sus detractores consideran simbólico: mientras el gobierno endurece medidas para migrantes comunes, ofrece una vía exprés para quienes tengan grandes fortunas.
Expertos en inmigración advierten que el programa podría enfrentar impugnaciones judiciales. La abogada Sara MacPherson recordó que un presidente no puede crear por sí solo una nueva categoría de visa, mientras miles de familias enfrentan años de espera en procesos tradicionales. En julio, especialistas ya habían señalado que una iniciativa de este tipo requeriría aprobación del Congreso.
Gold Card no es la única promesa
La Gold Card se suma a otras propuestas de la Casa Blanca encaminadas a reformar la migración legal, incluidas restricciones al visado H-1B y nuevas limitaciones al asilo. Trump afirmó que el programa atraerá “miles de millones” al país y aseguró que corporaciones como Apple estarán satisfechas, debido a la dificultad para contratar talento internacional.
El plan incluye una versión premium: la Platinum Card, cuyo costo inicial será de cinco millones de dólares. Permitirá a sus titulares permanecer hasta 270 días al año en Estados Unidos sin pagar impuestos por ingresos generados en el extranjero, una ventaja diseñada para grandes patrimonios.
Los críticos señalan que estas medidas profundizan un sistema migratorio desigual, con beneficios acelerados para millonarios mientras miles de solicitantes de asilo y trabajadores calificados enfrentan demoras interminables. Legisladores demócratas acusaron al presidente de buscar “un Estados Unidos para los superricos”, reavivando el debate sobre quién puede y quién no, acceder al sueño americano.
Con información de La Nación.
