Ernesto Mizrahi comenta sobre el diseño que repara el entorno y transforma las ciudades

Ernesto Mizrahi comenta sobre el diseño que repara el entorno y transforma las ciudades

La arquitectura del siglo XXI atraviesa un momento decisivo: ya no basta con mitigar el impacto ambiental ni con proyectar edificaciones eficientes. El nuevo reto consiste en adoptar una visión capaz de restaurar lo que ha sido degradado y revitalizar tanto los ecosistemas como el tejido social. Esta mirada, conocida como arquitectura regenerativa, está ganando terreno en México y en el mundo, impulsada por especialistas como Ernesto Mizrahi, arquitecto y experto en diseño sustentable, quien destaca que esta corriente representa una evolución profunda respecto a los enfoques tradicionales.

De la sostenibilidad a la regeneración activa del entorno

Para Ernesto Mizrahi, la diferencia entre sostenibilidad y regeneración es fundamental: mientras la primera busca reducir el daño, la segunda propone generar un impacto ambiental positivo. “La arquitectura debe dejar de ser un proyecto de ‘menos daño’ y convertirse en un motor que regenere su entorno”, afirma Mizrahi, subrayando que este cambio de paradigma exige creatividad, innovación y un compromiso real con el futuro del planeta.

La arquitectura regenerativa integra materiales locales o reciclados, tecnologías de baja energía, sistemas pasivos de iluminación y ventilación natural, y vegetación aplicada no solo como decoración, sino como infraestructura ecológica. Cubiertas verdes, muros vivos, sistemas de captación de agua pluvial y paneles solares se convierten en componentes esenciales de una arquitectura que busca restituir nutrientes al suelo, mejorar la calidad del aire y cerrar ciclos de consumo.

Mizrahi explica que, bajo este enfoque, cada edificio actúa como un “organismo” que interactúa con su entorno y contribuye al balance ecológico general, en lugar de ser un elemento que lo degrada lentamente.

Espacios que regeneran comunidades, ecosistemas y bienestar

Más allá del aspecto ambiental, Ernesto Mizrahi señala que la arquitectura regenerativa tiene un profundo impacto social. “Los espacios deben sanar tanto a las personas como al planeta”, asegura, recalcando que la calidad de vida depende también del tipo de entornos que se construyen. Por ello, los proyectos regenerativos incorporan áreas productivas como huertos urbanos, jardines medicinales, espacios comunitarios, parques de lluvia y techos vivos que fomentan convivencia, seguridad alimentaria y resiliencia urbana.

En ciudades como Tulum, Monterrey y Guadalajara están surgiendo desarrollos que aplican estos principios, demostrando que es posible diseñar edificios y barrios que devuelven biodiversidad, reducen la isla de calor, capturan carbono y fortalecen a las comunidades. Estos proyectos marcan una transición hacia un urbanismo que produce más beneficios de los que consume, un objetivo que Mizrahi considera indispensable en tiempos de crisis climática.

Al reflexionar sobre el futuro, Ernesto Mizrahi afirma que la arquitectura regenerativa implica un cambio de conciencia más que una tendencia estética. “Construir ya no es un acto únicamente funcional; es un acto de responsabilidad ecológica. El diseño del futuro debe sanar, no solo albergar.”

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