Frida Kahlo vuelve a sorprender al mundo. Ahora, con la apertura de un nuevo espacio que revela una faceta más íntima de la artista mexicana. Se trata del Museo Casa Kahlo, también conocido como La Casa Roja, que acaba de abrir sus puertas en Ciudad de México.
Ubicado a solo tres cuadras de la icónica Casa Azul, este nuevo museo está en la residencia que perteneció a la familia Kahlo desde 1930.
Más que un recorrido por la obra de Frida, aquí se cuenta la historia de sus orígenes, de sus padres y de la red de apoyo familiar que la acompañó en los momentos más duros de su vida.
La Casa Roja es un lugar lleno de historias personales
La Casa Roja fue testigo de momentos clave en la vida de Frida: aquí almorzaba con sus hermanas, convivía con amigos como León Trotsky o Isamu Noguchi y recibía el apoyo incondicional de su hermana Cristina durante sus múltiples operaciones.
El museo exhibe objetos cotidianos y entrañables: desde cartas, muñecas y vestidos, hasta notas escritas a mano por la propia Frida.
También incluye un cuarto oscuro en honor a su padre, Guillermo Kahlo, fotógrafo de arquitectura.
A diferencia de la Casa Azul, que se convirtió en un centro de vida política y cultural, la Casa Roja fue siempre el corazón íntimo de la familia.
Allí murieron sus padres, se celebraron cumpleaños y se organizaron cenas que unieron a varias generaciones de Kahlos.
El diseño del museo estuvo a cargo del estudio de David Rockwell, quien lo describe como “una invitación analógica”, un espacio para experimentar algo que no se puede encontrar en internet ni en libros.
Un futuro con becas y nuevos artistas
Con el apoyo de la Fundación Kahlo, el nuevo museo planea crear un premio de arte, programas de becas y exposiciones dedicadas a artistas emergentes.
Así, además de conservar la memoria familiar, busca inspirar a nuevas generaciones.
Hoy, La Casa Roja abre sus puertas como un sitio que complementa la experiencia de la Casa Azul: no es redundante, sino un relato previo, íntimo y cercano que permite entender mejor el mundo que formó a Frida Kahlo.
Si la Casa Azul representa el mito, la Casa Roja nos acerca a la mujer.
Con información de The New York Times
