Un cuadro del famoso pintor Peter Paul Rubens, desaparecido hace más de 400 años, ha vuelto a aparecer en París.
Se trata de un Cristo en la cruz, pintado en 1613, que se creía perdido para siempre, y que fue encontrado durante el inventario de una mansión en venta en el distrito 6 de la capital francesa.
Jean-Pierre Osenat, subastador y presidente de la casa de remates que realizará la venta, contó a AFP la emoción del hallazgo: “Es una obra maestra, pintada en el apogeo del talento de Rubens. Un hecho rarísimo”.
El cuadro fue autenticado por el especialista alemán Nils Büttner, presidente del Rubenianum en Amberes, quien confirmó su origen flamenco y barroco.
La pintura muestra a Cristo crucificado, iluminado en contraste con un cielo oscuro y tormentoso.
Detrás, se distingue Jerusalén bajo una luz dramática, mientras que el fondo rocoso y verde del Gólgota le da profundidad y realismo.
¿Qué pasará con el Rubens?
Según Osenat, esta obra estaba probablemente destinada a un coleccionista privado, más que a una iglesia, y se conserva en un excelente estado.
El cuadro, de 105,5 por 72,5 cm, pasó por las manos del pintor del siglo XIX William Bouguereau antes de llegar a los dueños de la mansión donde fue descubierto.
Ahora, será subastado el próximo 30 de noviembre, ofreciendo a coleccionistas y amantes del arte la oportunidad de adquirir un pedazo de historia.
Rubens, nacido en 1577 y fallecido en 1640, es considerado uno de los pintores más influyentes del siglo XVII.
Su producción fue enorme, se estima en unas 1.500 obras y abarca desde temas religiosos e históricos hasta mitología, paisajes y escenas de caza. Gran parte de su éxito se debió a su taller, donde discípulos y asistentes colaboraban en la creación de sus cuadros.
Este descubrimiento de Rubens no solo recupera una joya perdida, sino que nos recuerda el valor histórico y artístico de las obras que permanecen escondidas durante siglos, esperando el momento de volver a brillar.
Con información de Clarín.