Pablo Ortiz Monasterio no solo fotografía, sino que escucha lo que la ciudad le dice. Para él, cada rincón de la antigua Tenochtitlán tiene algo que contar. “Las paredes oyen, los pisos sienten y el cielo ve”, afirma. Y es que, aunque quisieron borrar del mapa a la gran ciudad mexica, su memoria sigue viva, resurgiendo en formas inesperadas.
Una de esas formas es su exposición Tenochtitlán, compuesta por 40 imágenes que actualmente se exhiben en el Museo Archivo de la Fotografía, justo al lado del Templo Mayor, donde alguna vez estuvo el tzompantli.
Una ofrenda en imágenes
Ortiz Monasterio define su trabajo como un homenaje visual a nuestros antepasados:
“Quisieron desaparecerla, pero todo tiene memoria. Esta muestra es una ofrenda a quienes construyeron ese imperio”.
La exhibición está dividida en tres secciones:
- Prehispánico
- Colonial
- Cuerpos modernos
En cada apartado, las imágenes dialogan entre sí: una figura prehispánica puede “hablar” con un maniquí de aparador o una estatua religiosa sin cabeza.
La ciudad sumergida aún respira
Durante sus recorridos por el Centro Histórico, el fotógrafo ha descubierto vestigios vivos de aquella ciudad lacustre:
- Un predio en Reforma Norte que siempre está húmedo, incluso en mayo.
- Plantas acuáticas brotando entre basura y grafitis.
- Esquites con chayote espinoso, una herencia culinaria que sobrevive en las calles del centro.
Todo eso forma parte de la memoria tangible de Tenochtitlán, aún cuando el pavimento haya cubierto el lago.
Dos exposiciones, una misma raíz
Además de la muestra en el Museo Archivo de la Fotografía, otra versión del proyecto con distintas imágenes se exhibirá a partir del 28 de julio en la Galería Abierta de las Rejas de Chapultepec. Ambas están inspiradas en el libro Tenochtitlán (Editorial RM), con texto de Álvaro Enrigue, que está por publicarse.
El arte de conectar imágenes
Ortiz Monasterio explica que su propuesta visual se basa en unir fotografías que, en conjunto, crean nuevas lecturas:
“Pongo dos imágenes en un mismo marco. Una no dice lo mismo sin la otra. Esa conexión genera otros significados”.
Un proyecto nacido de la pandemia
Este trabajo comenzó al final del confinamiento por COVID-19. “Estábamos desesperados”, cuenta. Entonces decidió recorrer sistemáticamente el Centro Histórico en bicicleta. En ese proceso, leyó La muerte de Tenochtitlán, la vida de México, de Barbara Mundy, donde descubrió detalles como que la calle República del Perú es curva porque antes fue un canal.
Tres formas de ver Tenochtitlán
El fotógrafo destaca que cada soporte cambia la experiencia:
- Libro: lectura íntima, página por página.
- Sala de museo: contacto cercano, visuales múltiples.
- Exposición callejera: fugaz, vista desde el transporte o caminando.
¿Dónde verla?
- 📍 Museo Archivo de la Fotografía
República de Guatemala 34, Centro Histórico
⏳ Disponible hasta el 31 de agosto
Y desde el 28 de julio, también en las Rejas de Chapultepec.